Los cuerpos volcánicos se presentan en una gran variedad de formas y tamaños, cada estructura tiene una historia eruptiva única y está determinada en gran medida por la composición del magma que contribuye a su formación.
Consideraremos
los tres tipos principales de volcanes: los volcanes en escudo, los conos de
cenizas y los conos compuestos. Además de otras dos formas volcánicas
significativas: las calderas y los domos de lava.
Volcanes en escudo
Los volcanes en escudo se producen por la acumulación de lavas basálticas fluidas y adoptan la forma de una estructura ligeramente abovedada en forma de domo amplia que recuerda la forma de un escudo. La mayoría de volcanes en escudo han crecido a partir del suelo oceánico profundo y forman islas o montes submarinos.
Por ejemplo, las islas de la cadena hawaiiana, Islandia y las Galápagos son un solo volcán en escudo o la unión de varios escudos. No obstante, algunos volcanes en escudo tienen lugar en los continentes.
El Mauna Loa es uno de los cinco volcanes en escudo superpuestos que constituyen juntos la isla de Hawaii. Desde su base, en el suelo del océano Pacífico, hasta su cima, la altura del Mauna Loa se acerca a los 9 kilómetros, superando la del Everest. Esta pila masiva de lava basáltica tiene un volumen estimado de 40.000 kilómetros cúbicos, que fueron expulsados a lo largo de aproximadamente un millón de años.
Conos de cenizas
Normalmente
producto de magma basáltico relativamente rico en gas, los conos de cenizas
están formados por fragmentos redondeados a irregulares marcadamente
vesiculares y de color negro a marrón rojizo.
Recordemos que estos fragmentos
de roca vesicular se denominan escoria.
Las vesículas son pequeñas cavidades que tienen forma esférica, alargada o también una forma irregular, y dentro de las rocas son causadas por el escape de gases o de la lava.
Estos conos de cenizas
tienen una forma característica muy sencilla, que está condicionada por el
ángulo de reposo del material piroclástico que se encuentra suelto sobre la
estructura del volcán. Y dado que las cenizas tienen un gran ángulo de reposo,
o sea, el ángulo más empinado en el que el material permanece estable, los
conos de cenizas jóvenes llegan a tener pendientes empinadas, con laderas de
entre 30 y 40 grados. Tal y cómo lo dice su nombre, parecen conos.
Otra
característica que tienen los conos de cenizas es que poseen cráteres grandes y
profundos en relación con el tamaño total de la estructura. Aunque son
relativamente simétricos, muchos conos de cenizas son alargados y son más altos
por el lado por el que descendieron los materiales durante las erupciones.
NPS Photo. (2005). Vista aérea del
Sunset Crater, Arizona. Recuperado de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sunset_Crater_aerial.jpg
Normalmente, los
conos de cenizas son fruto de un único episodio eruptivo que a veces dura sólo
unas pocas semanas y en raras ocasiones supera unos pocos años. Una vez este
acontecimiento para, el magma del tubo que conecta la chimenea a la cámara
magmática se solidifica y el volcán no vuelve a entrar en erupción jamás. Como
consecuencia de esta corta vida, los conos de cenizas son pequeños, normalmente
entre 30 y 300 metros y rara vez superan los 700 metros de altura.
Conos compuestos o estratovolcanes
El cono compuesto
clásico es una gran estructura, casi simétrica, compuesta por lava y depósitos
piroclásticos. Exactamente igual que los
volcanes en escudo, deben su forma a las lavas basálticas fluidas. Los conos
compuestos reflejan la naturaleza del material que expulsan.
La mayoría se encuentra en una zona relativamente estrecha que rodea el océano Pacífico, a la que se denomina con bastante propiedad, el anillo de fuego.
Cono volcánico del estratovolcán Popocatépetl. Recuperado de: https://volcanianoficial.com/popocatepetl/
Calderas
Las calderas son grandes depresiones de colapso con una forma más o menos circular. Sus diámetros superan el kilómetro y muchas tienen uno de decenas de kilómetros. Las depresiones con menos de un kilómetro de diámetro se llaman calderas de hundimiento.
La mayoría de calderas se forman por uno de los procesos siguientes:
- El hundimiento de la cima de un volcán compuesto después de una erupción explosiva de fragmentos de pumita rica en sílice y cenizas.
- El hundimiento de la parte superior de un volcán en escudo provocado por un drenaje subterráneo desde una cámara magmática central.
- El hundimiento de una gran área, independiente de cualquier estructura volcánica preexistente, provocado por la descarga de volúmenes colosales de pumita rica en sílice y cenizas a lo largo de fracturas en anillo.
Fotografía de
Ulrik Sverdrup. (Azores, Portugal). (2002). La Caldera de las Siete Ciudades en
la isla de San Miguel en las islas Azores forma una depresión que da cabida al
lago Siete Ciudades.
Domos de lava
Un domo es una
protuberancia o montículo de lava de forma semicircular.
Su formación ocurre frecuentemente durante un proceso eruptivo, cuando la lava que llega a la superficie es tan viscosa que no puede fluir fácilmente. Las dimensiones de los domos son muy variables y pueden crecer varias veces durante una misma erupción; en algunos casos estos se destruyen, colapsan o simplemente forman una nueva estructura que se vuelve a solidificar.
Los domos de lava llegan a acumular mucha presión por los gases que no pueden salir del volcán, pudiendo generar una explosión muy grande en el cráter.
Willie Scott,
USGS. (Washington, Estados Unidos). (2006). Domos de lava en el cráter del monte Santa Helena. Recuperado de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:MSH06_aerial_crater_from_north_high_angle_09-12-06.jpg
Fuentes:
- Tarbuck, E. J., Lutgens, F. K. (2005). Ciencias de la Tierra: Una introducción a la geología física. España: Pearson Prentice Hall.